Un año de gobierno, un fenómeno mitológico en Argentina
El 10 de diciembre de 2024, se cumple un año desde la asunción de Javier Milei, y Argentina sigue transitando un camino incierto. ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Es Milei un enviado de fuerzas superiores, un destructor necesario o simplemente el protagonista de una crisis sin precedentes? Su figura despierta todo tipo de interpretaciones, desde el mesianismo hasta la anarquía, pero lo cierto es que su impacto es innegable.
Milei no es un político común.
Milei no es un político común. Su discurso, su forma de actuar y la manera en que ha desafiado las instituciones lo convierten en una figura que trasciende lo ordinario. En astrología, su rol puede explicarse a través de fuerzas transpersonales representadas por Plutón, Urano y Neptuno: el destructor, el loco y el ilusionista. Como en los mitos antiguos, estas fuerzas no piden permiso, generan caos y destruyen lo existente para dar paso a algo nuevo. La pregunta es: ¿qué estamos creando?
El inconsciente colectivo
Desde la astrología esotérica, los líderes que encarnan fuerzas del inconsciente colectivo no aparecen por casualidad. No es la primera vez que la humanidad enfrenta figuras que despiertan pasiones y odios profundos. Hitler, Gandhi, Mandela… cada uno, en su contexto, fue la manifestación de un momento evolutivo en sus naciones. En el caso de Milei, su llegada coincide con grandes transformaciones planetarias, como el ingreso de Plutón en Acuario, que simboliza la disolución de estructuras obsoletas para dar lugar a nuevas formas de organización.
Entonces, más allá de la figura de Milei, la pregunta clave es: ¿Qué fuerzas lo han hecho posible? ¿Qué ocurre en el inconsciente colectivo de la sociedad argentina para que una parte lo vea como un libertador y otra como una amenaza? Su gobierno ha sido un torbellino de medidas disruptivas, decisiones extremas y discursos incendiarios. Pero no se trata solo de política, sino de un proceso más profundo de transformación social y global.
Un fenómeno mundial
El fenómeno Milei no es solo argentino, es un reflejo del cambio de era. Estamos en tiempos de caos, de crisis y de derrumbes, pero también de oportunidades para reconstruir. La gran lección aquí no es resistirse al cambio, sino comprenderlo. No hay vuelta atrás, solo queda avanzar. ¿Hacia dónde? Eso depende de la conciencia colectiva.