Estamos inmersos en una mutación de paradigmas, nos dirigimos hacia la percepción, comprensión y experimentación de que «Todo es energía organizada por la fuerza creadora de la Conciencia».
Una mutación de paradigma
Imaginemos que intentamos explicarle a un cavernícola: la Tierra es un cuerpo esferoidal que rota sobre su eje; se traslada alrededor del Sol –a 106.000 km– por hora; ó, las imágenes pueden viajar –de un lugar a otro– transportadas por ondas y capturadas por un aparato receptor (la televisión, un celular, una computadora).
Es ciertamente inviable que aquel “naciente humano” comprendiera tales fenómenos. Sin embargo, en nuestro tiempo, los comprendemos y los aceptamos.
Probablemente dentro de cien años digamos: “En el siglo XX los seres humanos percibían al mundo desde “lo objetivo”; y no comprendían lo que, genuinamente, eran: “energía creada por las fuerzas de la conciencia”.
La energía se manifiesta empujada por la fuerza creadora de la Conciencia
La Concienciosofía estudia, investiga y teoriza sobre «la sabiduría de la conciencia», es decir, sobre las leyes que subyacen en el misterioso proceso de cómo la energía se manifiesta en las formas planetarias empujadas por la conciencia. En la obra El Poder Creador de la Conciencia, Margarita Llada, desarrolla un mapeo de cómo la conciencia se manifiesta en la evolución de las potencialidades humanas. Mediante esta cartografía de la evolución arriba a una «Teoría Integradora de la Evolución Humana»
Tal cómo la autora desarrolla en la obra mencionada, la conciencia humana se percibe, entiende y experimenta aislada sólo hasta determinados niveles evolutivos. No se trata de un “error” de percepción, sino de una “posibilidad” de percepción. Hasta el presente, la conciencia planetaria manifestada no habría alcanzado la extraordinaria posibilidad en ciernes: la experiencia de percibirse a sí misma.
La Conciencia, siendo una totalidad, se expresa mediante totalidades diversas: los holones de conciencia. La conciencia de un individuo constituiría un holón de conciencia que se despliega en un entramado complejo y dinámico –hacia el interior y el exterior– en correspondencia holográfica, con múltiples holones de conciencia.
El desafío venidero
Los holones de conciencia tienden a crear realidades (o formas) más amplias, profundas y complejas cuanto mayor sea su nivel evolutivo. Observar a la conciencia desde lo objetivo para relevar lo subjetivo, sin lugar a dudas: ¡un verdadero desafío!
Energía y Conciencia operan indisolublemente unidas para que alguna «forma planetaria» se manifieste, y tal dinamismo, es impulsado por las fuerzas creativas e información latentes en el mundo sub-atómico, los átomos y en la super-molécula -ADN- existentes en Planeta desde sus orígenes.